La selva de Max y Jan
Jan y Max son hermanos. Viven en una casa en Cassà de la Selva, en Girona, y aunque hacen cara de niños tranquilos, ambos son traviesos y divertidos. Les gusta pasar el rato juntos jugando con los peluches: tienen un buen capazo. En su habitación descansa, discreto y risueño, un erizo de color marrón con unas puntas suaves y agradables de acariciar. A su lado, más peluches le hacen compañía, como la colección que tienen de dinosaurios, guardada y ordenada en una cesta. Es verano, hace calor, y están impacientes por oír el timbre. Saben que muy pronto podrán dormir juntos en el mismo dormitorio, pero de momento nadie ha llamado a la puerta.
Hace unos meses que Cristina, su madre, pensó en la posibilidad de que durmieran juntos. Es evidente que este cambio era importante para todos: Max y Jan deberían acostumbrarse a convivir en la misma habitación, y para los padres significaba una gran inversión. Por eso Cristina tenía que andar con pies de plomo, pensar bien qué sería lo mejor para sus hijos y hacer la compra en un sitio de confianza. Que fuera fiable y de calidad.
Lo miraron en varios sitios. Comprar muebles por internet es delicado porque no es un gasto improvisado; conviene estar seguro de que el mobiliario tendrá las medidas adecuadas para caber bien en la habitación. Toparon con la empresa YUPIH, que les ofrecía diseños en 3D de su habitación, donde podían probar todos los diseños de los muebles que quisieran. Pensando un poco, creyeron que era una buena idea poner una litera, de modo que Max dormiría en la cama de arriba y Jan, en la de abajo. Así, no sólo aprovecharían al máximo el espacio del dormitorio, sino que también compartirían los pequeños momentos que a menudo pasan desapercibidos: levantarse y vestirse juntos, cada día, para ir a la escuela; aprender jugando, pintando y bailando y tumbarse en la cama, ya con el pijama puesto, cuando antes de cerrar los ojos se siente el último buena noche. Y al día siguiente, a volver.
Pasaron unos meses y finalmente decidieron sacar el proyecto adelante. Con la litera ya elegida, sólo les quedaba escoger el color de los acabados y los tiradores para abrir los cajones. Aunque parece fácil y rápido, es la parte de todo el proceso que más cuesta, probablemente. La indecisión no se desvanece, al contrario. Está más viva que nunca y todo queda bonito o desentona demasiado, pero finalmente encontraron la combinación que más les gustaba.
Ahora Jan y Max siguen esperando que llegue el montador. Mientras no llega, impacientes, piensan como decorarán su nueva habitación. Todos los detalles cuentan, desde el suelo hasta las paredes: el mobiliario, los cuadros, el color de las baldosas o del parquet, las paredes lisas o rugosas, las estanterías, las alfombras, las papeleras … cuantas cosas, ¿verdad? Ahora sí, los montadores ya están aquí. Empiezan a colocar las piezas minuciosamente una al lado de la otra y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba todo listo. Es evidente que no fue tan rápido, pero es que la historia no termina aquí. Decidieron que en su habitación pondrían un vinilo de pared con una ilustración de unos animales en medio de una selva. Y con ello, Max y Jan ya han conseguido tener el dormitorio preparado. Han esperado muchos meses, pero ya lo tienen todo listo y se sienten a gusto.
Antes de instalarse los dos en la misma habitación, Max dormía en una cama amplia, de unas medidas similares o iguales a una cama de matrimonio. Cada noche (o casi todas las noches), en algún momento de la noche se levantaba e iba a despertar a sus padres. A menudo explicamos los beneficios de los muebles y hablamos de la calidad de los productos del territorio, fabricados por profesionales con una larga trayectoria, pero esta historia es significativa por como el diseño y el ambiente que se crea en un espacio ayuda a mejorar el bienestar. Desde que duerme en la litera, Max descansa profundamente y no ha vuelto a despertar a sus padres. Quizás es porque sabe que, abajo, tiene a su hermano pequeño, Jan. O quizás es que sabe que, además de Jan, también tiene la compañía del erizo, de los dinosaurios, de la jirafa, los monos, del elefante, de las cebras y los leopardos. Así es como han convertido su dormitorio en la selva de Max y de Jan.